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Automatización

RFID en el sector de la alimentación: dónde es realmente ventajosa

Ayer considera muerta, hoy vista como una tecnología madura. Nuevos ejemplos prácticos muestran dónde la tecnología RFID es útil para las empresas alimentarias - y dónde los códigos de barras son la mejor opción.

La identificación por radiofrecuencia (RFID) es una tecnología para sistemas emisor-receptor, que permiten la identificación y localización automáticas y sin contacto de objetos con ondas de radio. Para ello, se necesita un transpondedor y un lector. Esta disposición convierte a la RFID en una tecnología emocionante para las empresas alimentarias: "Hay muchas áreas en las que la tecnología RFID, incluso en las condiciones más difíciles, acelera los procesos, permite la identificación automática y proporciona una trazabilidad detallada", afirma Armin Burbach, experto en RFID.

 

RFID facilita información completa a los sistemas de TI

La principal ventaja de la RFID radica en la gestión de contenedores: en las empresas alimentarias, los movimientos físicos de los contenedores (por ejemplo, cajas) han de registrarse con precisión y lo mejor en tiempo real. Sólo entonces los flujos de material de las materias primas o de los productos acabados pueden ser también representados, interpretados y rastreados de forma automática en los sistemas de TI. La tecnología RFID es ideal para ello, ya que los transpondedores facilitan información completa al sistema ERP o bien a otros sistemas de planificación o ejecución. Dos ejemplos de la práctica actual me parecen especialmente interesantes:

Empresa láctea etiqueta carros de transporte

Una empresa láctea ha etiquetado recientemente con chips RFID sus carros de transporte. Estos se registran en la báscula mediante un escáner manual durante la preparación de los componentes y se verifican automáticamente durante la producción de lotes - que conlleva a una gestión transparente del stock de almacén así como a una mejor trazabilidad. Asimismo, se reduce considerablemente el esfuerzo por el registro de datos operativos, lo que aumenta la seguridad general del proceso y disminuye los costes. Una de las ventajas más importantes de la tecnología: la RFID se comunica fácilmente con el sistema ERP, lo que garantiza un procesamiento de la información fiable, sin necesidad de reelaboración manual.

La cría de ostras etiqueta sacos y cestas

Su robustez hace que la RFID sea una tecnología óptima para su uso en el agua - por ejemplo, en la cría de ostras. Aquí pueden etiquetarse sacos y cestas; el registro en el sistema ERP se efectúa durante el llenado de los sacos después de la entrada de la mercancía, cuando se toman muestras aleatorias de calidad en el mar así como en la entrada y salida de la clasificación por tamaño o peso. También en este caso, la RFID mejora la trazabilidad y la gestión del stock de almacén, permitiendo asimismo una evaluación precisa de la producción.

 

Una buena alternativa a los códigos de barras

Sin embargo, la evolución positiva de la tecnología no ha sido trazada. A pesar de que RFID organizó y automatizó hace ya 15 años un enorme almacén automático de cajas del grupo suizo Bell, la tecnología RFID realmente no ha estimulado la industria alimentaria. Muchas empresas sencillamente no estaban dispuestas a pagar el elevado coste de los transpondedores. 

Pero en el trasfondo, se siguen desarrollando nuevos casos de empresa. Hoy en día, efectivamente la tecnología RFID es una herramienta probada para las tareas de identificación más importantes en la industria alimentaria, entre otras cosas porque es posible la llamada lectura masiva, es decir, la lectura simultánea de muchos transpondedores. "Para las empresas alimentarias, los transpondedores son una alternativa real a los códigos de barras, ya que funcionan mejor en entornos húmedos o con ganchos de carne en almacenes de vías", afirma Burbach. Los códigos de barras, en comparación mucho más económicos, son la mejor opción, sobre todo dónde las distancias de lectura son grandes, como por ejemplo, en los almacenes de estanterías elevadas para materias primas. 

 

Las cadenas comerciales exigen RFID a sus proveedores

Debido a sus múltiples ventajas, algunas cadenas comerciales, como Metro, incluso requieren el uso de la tecnología por parte de sus proveedores. La empresa Hack AG, por ejemplo, suministro al grupo comercial productos de pastelería frescos y congelados, utilizando para ello RFID en la logística interna y en el almacén. "Sin esfuerzo adicional en el proceso operativo, ya que la tecnología gestiona automáticamente la información en nuestro sistema ERP", informa Thomas Hoppe, director de TI.

 

Se podría haber alcanzado la meseta de productividad

Ascenso, caída, retorno: La historia de la tecnología RFID sigue exactamente el ciclo de sobreexpectación de los prestigiosos analistas de Gartner. El modelo creado por Jackie Fenn explica el ciclo de vida de las tecnologías en cinco fases clave:

  • Fase 1: Lanzamiento tecnológico
  • Fase 2: Pico de expectativas sobredimensionadas
  • Fase 3: Abismo de desilusión 
  • Fase 4: Rampa de consolidación
  • Fase 5: Meseta de productividad

Por lo tanto, en la actualidad, la tecnología debería haber dejado atrás la rampa de consolidación y haber alcanzado la meseta de productividad: la tecnología RFID está madurando cada vez más, y la segunda y tercera generación ya están funcionando con éxito en la práctica. Naturalmente, queda por ver si la tecnología llegará finalmente al mercado de masas, o incluso se convertirá en un nuevo estándar de identificación.

 

Integrar eficazmente RFID en los procesos de comunicación

Sin embargo, es evidente que las empresas alimentarias no pueden ocuparse de este asunto sólo en la teoría. Existen muchas razones para integrar la tecnología RFID en los procesos de comunicación e identificación de las empresas alimentarias. Además de la identificación de las unidades de transporte, los animales o los productos, la tecnología RFID también puede ser útil para el control de acceso, la autenticación o el registro de tiempos.

 

Timo Schaffrath